Gottschalk es, desde muy pronto, considerado un impulsor y promotor del ciclismo. Él mismo es miembro activo en diferentes clubes de ciclismo y, desde muy pronto, se convierte en valedor, patrocinador y mecenas del ciclismo europeo. Y, al igual que ocurre hoy en día, muchos productos utilizados en el deporte acaban llegando al día a día de los usuarios. Impulsado por los éxitos en el ciclismo, el buje Rotax alcanza rápidamente un halo de fiabilidad. Los ciclistas de Rotax consiguen los primeros puestos en todo tipo de carreras, ya sean en carretera, tours, en montaña o en pruebas de resistencia. De modo que, ya tras el final de la Primera Guerra Mundial, se habla del buje Rotax como el «freno más seguro, fuerte y fiable del mundo» (revista «Fahrrad und Motorfahrzeug», 25.12.1918). Los más importantes ciclistas de la época confían en la calidad de los productos Rotax.

El invento de Gottschalk demuestra ser prácticamente indestructible, especialmente en carreras de resistencia, es decir, en pruebas de larga distancia. Franz Suter gana la carrera en carretera más dura de Alemania con un tiempo récord de 23 horas y 18 minutos. También Jean Rosellen consigue, gracias a los materiales de Rotax, llegar a los primeros puestos en carreras de larga distancia como la «Viena-Berlín» o la «Basilea-Cléveris». En distancias de 600 o 620 km, los bujes Rotax demuestran ser los más seguros y, con ello, alcanzan fama mundial.