La agresiva política exterior de los nacionalsocialistas era evidente desde hacía años y era una amenaza para la paz mundial y, sin embargo, el estallido de la Segunda Guerra Mundial pilla a la mayoría por sorpresa. La industria, por el contrario, ya había sido orientada en los años anteriores hacia los sectores más importantes para la guerra. De esta forma, también Fichtel & Sachs había creado, a partir de 1935, una «sección secreta» para la fabricación de municiones. Además de los populares motores Sachs, utilizados principalmente como dispositivos de calentamiento y de bombeo, Fichtel & Sachs producía cojinetes y rodamientos, otros productos esenciales para la guerra. La producción de rodamientos era uno de los sectores más relevantes para la guerra, especialmente en la construcción de aviones. Aquí era especialmente importante reducir las pérdidas por rozamiento. De modo que en un bombardero «Ju 388» había instalados 1.056 rodamientos.

La Alemania nacionalsocialista se da cuenta rápidamente de que los medios humanos no son suficientes para ganar las guerras modernas. El abastecimiento de rodamientos se convierte en un tema esencial para el gobierno de Berlín. Y es que es sabido que la modernización técnica en los años treinta supuso una gran ventaja para la Alemania nacionalsocialista en los primeros años de la guerra. El régimen nacionalsocialista inició en 1943 la llamada «operación rápida de rodamientos», con la que se pretendía garantizar que el suministro no disminuyera con los ataques aéreos. De esta forma se comenzó a buscar lugares a donde trasladar los sectores de producción importantes, partiendo desde el epicentro de Schweinfurt. La ciudad elegida para ello fue Wels (Austria), la cual se suponía que estaría a salvo de los ataques aéreos.