1970

Nueva consigna: Más potencia

El desarrollo de motores de moto más potentes como chispa inicial

Especialización y foco en la producción de motores

A principios de la década de los setenta trabajan 900 empleados en la sede de Rotax en Gunskirchen. Con la adquisición por parte del grupo canadiense Bombardier, la empresa no solo se moderniza enormemente, sino que también la gama de productos de Rotax continúa desarrollándose de forma paralela a como lo hacía antes de la adquisición por parte de Bombardier. En la producción de motores, Rotax se dedica cada vez más a motores dinámicos para motos y motos de nieve, mientras que en otros campos se van reduciendo paso a paso los pedidos especiales, por ejemplo, en los sistemas de sujeción de herramientas.

Pero también la producción de motores cambia. Tras la adquisición por parte de Bombardier la producción se centra, en un primer tiempo, en los motores de motos de nieve, mientras que, a mediados de la década, se incorpora un nuevo campo de producción. Tras el milagro económico de la década anterior, las motos se han establecido como medio de transporte alternativo y vuelven a estar de moda como vehículo deportivo y de ocio. ¡Justamente en este sector es donde se busca cada vez más rendimiento, velocidad y potencia! Los ingenieros de motores de Gunskirchen saben cómo responder a estas exigencias y, poco después, la marca de motos de Bombardier, la Can-Am, ofrece la ocasión perfecta para el desarrollo de estos nuevos motores de alto rendimiento.

Hacia un gran rendimiento con las motos Can-Am

El entusiasmo por el mundo del motociclismo viene ya “de fabrica”. El grupo matriz canadiense busca, a mediados de la década de los setenta, una alternativa al tradicional negocio de las motos de nieve Ski-Doo. Unos inviernos cada vez más suaves, la crisis del petróleo y la creciente conciencia medioambiental son los motivos de este nuevo cambio de rumbo, cuyo objetivo es ofrecer a los comerciantes, con las motos Can-Am y sus potentes motores Rotax, un producto para los meses cálidos. Grandes hitos de la cultura popular, como la película “Easy Rider”, despiertan en toda una generación las ansias de aventura, libertad e independencia, así como de la adrenalina al acelerar sobre dos ruedas.

Rotax demuestra en poco tiempo su enorme capacidad de innovación. Gracias a la implicación individual de personas como Heinz Lippitsch, Johan Bayerl y Hans Holzleitner, los máximos responsables de este entusiasmo por las motos, se consigue orientar de forma exitosa la producción hacia los nuevos motores. El “antiguo” negocio de los motores estacionarios pasa a un segundo plano.

Los esfuerzos obtienen su recompensa. Los motores de dos tiempos con inyección de aceite y control por válvula rotativa tienen éxito primero en modelos más pequeños, 125 cc o 175 cc, y más tarde también en las variantes de 250 cc y 280 cc. Tras los triunfos en el motocross estadounidense, incluido el campeonato en la categoría de 250 cc, llegan los éxitos en Europa, por ejemplo en carreras en carretera con los motores Rotax ahora refrigerados por agua. Las motos impulsadas por motores Rotax consiguen imponerse ante la competencia asiática, que parecía invencible. Y todo ello con herramientas sencillas: ¡compromiso y dedicación! “A menudo nos quedábamos trabajando hasta las diez de la noche en el banco de pruebas. ¡Era un equipo magnífico! Por aquel entonces el Departamento de Pruebas era solo una subdivisión del Departamento de Construcción. La construcción guiaba el desarrollo de los motores Rotax. Construíamos nuestros motores en la mesa de dibujo”, comenta Heinz Lippitsch, antiguo director de desarrollo de Rotax.

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